Muchachos, creo que todos sabemos perfectamente que este año no ha sido nada fácil para los inmigrantes en Estados Unidos.
Y cuando digo no ha sido fácil, no me refiero a un par de obstáculos… me refiero a que ha sido un año de remar contra corriente, de adaptarnos una y otra vez, de aprender a ser más fuertes de lo que pensábamos.
Ojalá fuera distinto. Ojalá a veces nos tocaran aguas tranquilas y no siempre tormentas.
Pero confío —con todo mi corazón— en que Dios no nos da más de lo que podemos soportar. Y, a veces, las tormentas no llegan para destruirnos, sino para remover lo que ya no nos sirve y enseñarnos lecciones que necesitábamos aprender.
Y vaya que este junio me tocó aprender una.
Les cuento…
Mi administrador y mejor amigo, Ronny, tenía que venir a Idaho para ayudarme a grabar y producir todos los videos de mis nuevos cursos de nivel intermedio y avanzado.
Estamos hablando de casi 30 videos.
TREINTA
Cada uno con su luz perfecta, su sonido perfecto, su toma perfecta.
Y aunque no lo crean… yo no sé absolutamente nada de producción o edición de video.
Pero justo esa semana surgieron problemas muy serios para las personas venezolanas, y Ronny no pudo viajar a Idaho.
Así que teníamos dos opciones:
- Cancelarlo todo y dejar el curso para «otro momento» (que ya sabemos que ese momento perfecto nunca llega), o
- Innovar, aprender, ser flexibles y buscar una solución.
En mi carrera como empresaria he aprendido algo: el momento perfecto no existe.
Uno hace lo que puede, con lo que tiene, en el momento que tiene delante.
Así que eso hicimos.
Ronny le dio una clase exprés a mi esposo Ray sobre cámaras, luces y acción.
Invertí en todo el equipo, preparamos el lugar nosotros mismos y… nos lanzamos a grabar con Ronny en la distancia, desde Texas, guiándonos por videollamadas.
No fue nada fácil.
Pedimos equipo incorrecto, Ray y yo no teníamos la dinámica fluida de un equipo con años de experiencia (ja, ja), y yo me sentía abrumada por hacer tantas cosas al mismo tiempo.
Fueron meses intensos —de enero a junio— dedicados a preparar todo este curso.
Pero otra cosa que he aprendido es que, cuando una tarea gigante parece imposible, lo único que hay que hacer es avanzar un poquito cada día.
Así que eso hicimos: un video por día.
Y en las semanas más pesadas, aunque fuera un solo video, pero avanzábamos.
A veces teníamos que regrabar porque la calidad no era la que ustedes se merecen. Todo el equipo revisaba cada video, y Ray y yo pasamos más tiempo juntos que nunca… pero nada de romanticismo: puro trabajo, pura gramática, pura pronunciación.
Y aquí está la parte más importante: no nos rendimos ni al primer problema… ni al problema número 100.
Hoy puedo decir con orgullo que el Nivel 2 y el Nivel 3 están listos, editados, producidos y remasterizados con la calidad que merecen.
Y para celebrarlo —y darles una probadita y un mega oferton— los quiero invitar a mi Reto de Otoño: Viste tu inglés de fluidez 🍂.
Porque sé que este año no ha sido fácil, pero también sé que somos nosotros quienes decidimos cómo lo vamos a terminar.
Mi propuesta es que lo terminemos juntos, dominando el inglés, porque ahora más que nunca esa es la llave para nuestra libertad y felicidad en este país.
Los espero dentro. 💛


Agradecida con Erika, me he tomado de su mano y no pienso soltarme, pues su trabajo es fruto de mi avance con el aprendizaje de este idioma antes no entendia no comprendia ni hablaba, con dedicación en cada clase en cada tarea he logrado avanzar mi primer logro fue cambiar de trabajo de Runner a Barista, me he presentado a entrevista el resultado mejor cada dia mejor, me comunico y me entienden, asi que la tarea es todos los dias con disciplina y sin perder el animo, gracias Erika y Rey.